A Xesta (Pontevedra)
Uno de los pueblos que ha sabido reinventarse es éste, enclavado en un
espacio en el que las vistas son espectaculares, y la naturaleza deja un
paisaje digno de postal.
Ante el incesante descenso de la población durante los
últimos años, la Asociación de Veciños puso en marcha hace
aproximadamente un par de años, un proyecto para atraer personas a su pueblo.
Consistía en ofrecer a todo aquel dispuesto a cambiar
el ajetreo de las grandes ciudades, por la calma de un pueblo rural, unalquiler
de unos 100 euros por vivienda.
De 176 casas que había en la zona, tan solo 50 estaban
habitadas, aunque tuvo tanto
éxito esta iniciativa, que el pueblo ha sido totalmente repoblado en poco
tiempo.
Vilariño de Conso (Orense)
Este pueblo se vio obligado a poner en marcha un pan
de repoblación por el peligro real que existía de perder la escuela que
había.
Más de 2.000 eran los habitantes que habían llegado a
disfrutar de una tranquila vida aquí, y la cosa cambió tanto, que hace pocos
años sólo había unos 15 niños en todo el pueblo. La problemática residía en que
la Xunta exigía un mínimo de 20 niños para mantener su centro educativo.
Se les ocurrió ofrecer alquileres bajos en las casas
que estaban vacías y que eran de propiedad municipal a familias con niños en
edad escolar, y trabajo a los adultos en las huertas de los propios
habitantes.
Rubiá (Orense)
Muy cerca de Vilariño hay otro pueblo que ha pasado por lo mismo, y que
está consiguiendo remontar gracias a una iniciativa muy parecida a la de su
vecino.
Los alquileres de las casas que no
estaban ocupadas, se pusieron entre los 100 y los 150 euros, lo que
hizo que una llegada masiva de familias, comenzaran a darle vida a esta zona.
Su escuela pasó de los 14 a los 32 niños, lo que supuso la seguridad de la
continuidad de la escuela educativa en la zona.
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